Los esquemas prácticos para enviar humanos a Marte se han estado preparando durante más de 60 años. El ingeniero espacial pionero Wernher von Braun, autor del libro de 1952 "Proyecto Marte", propuso vuelos de sobrevuelo a Marte utilizando la nave espacial lunar Apolo en la década de 1960. En 2013, la Fundación Inspiration Mars de Dennis Tito anunció planes para lanzar una nave espacial en una misión para volar más allá de Marte sin aterrizar, en 2018.
Si bien aún no se ha tomado una decisión sobre el vehículo de vuelo, y la cápsula SpaceX Dragon aún no tiene tripulación a principios de 2013, aquí hay un vistazo a cómo funcionaría la misión.
Para el vuelo a Marte, la cápsula tendría que ser modificada para soportar a dos astronautas en el viaje de ida y vuelta de 501 días. Se podría acoplar un módulo de habitación inflable en la parte delantera de Dragon para obtener espacio adicional para vivir y para transportar más suministros. La tripulación de dos probablemente estaría formada por una pareja casada de mediana edad. El peligro de daño por radiación durante el vuelo sugeriría que sería preferible un hombre y una mujer que hayan pasado la edad reproductiva.
La cápsula Dragon sería lanzada al espacio por el propulsor Falcon Heavy. La ventana de lanzamiento de 2018 representa una oportunidad única para un viaje rápido de solo 501 días. La trayectoria de vuelo es del tipo "asistida por gravedad", en la que la nave espacial cae a lo largo de su curso sin necesidad de disparos importantes de motores de cohetes.
En 1956, el astrónomo italiano Gaetano Crocco escribió un artículo en el que detallaba cómo una nave espacial podía girar alrededor de Marte y regresar a la Tierra, sin usar cohetes en el camino. Esta trayectoria se llama "retorno libre" y también fue utilizada por los astronautas del Apolo para llegar a la luna. Mariner 10 fue la primera sonda no tripulada en utilizar una técnica de asistencia por gravedad para visitar Venus y Mercurio a principios de la década de 1970.
El plan para el vuelo Inspiration Mars requiere que la nave espacial primero caiga hacia el interior del Sol para ser acelerada por la gravedad del sol. Luego, la nave es lanzada hacia afuera, pasando la órbita de la Tierra para interceptar a Marte cerca de la altura de su trayectoria.
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